AUDITORIO
El programa del encargo trataba de dar cobijo a un conjunto de usos culturales muy diversos, dentro de un presupuesto más que contenido y en un entorno urbano carente de interés.
Estos condicionantes marcaron la forma final del edificio, caracterizada por la contundencia volumétrica y un hermetismo exterior exagerado. Un simple esquema de dos cajas relacionadas por un espacio intermedio, que adquiere un protagonismo no casual. La lámina de agua del patio central se convierte en el centro sobre el que gravita todo el proyecto, es el icono visual de todo el edificio además de servir como filtro térmico en la época estival.
El complejo programa al final se ha estructurado en el interior de forma ordenada. Dos espacios muy claros, el gran volumen destinado al Auditorio y la zona de aulas, conectados por un sobredimensionado hall de entrada con aspiraciones a pequeña Sala de exposiciones.
Los alzados son concebidos como un todo abstracto, con unas membranas de cerramiento que refuerzan la percepción volumétrica desde el exterior.
En cuanto a la construcción, priman los criterios de economía: sobriedad y durabilidad.
Todo el proyecto ha sido una constante búsqueda de lo esencial y la optimización de los medios disponibles.